Después de ocho años, y un viaje fallido a Roma de por medio gracias al COVID, nos llegó el momento de escaparnos un fin de semana SOLOS.

Tardamos bastante en animarnos, pero lo valió cada instante. Fue un reencuentro como pareja, como dos personas adultas. , logramos superar las dos horas que solemos tener cuando nos vamos a una cena y pasamos la mitad del tiempo hablando de los niños. Ese fue el mayor éxito, volver a hablar sobre nosotros, sobre cada uno como individuo, como ser sin título de padre-madre. Fueron momentos donde volvimos a contemplar el silencio, que volvimos a leer un libro sin interrupciones.

La escapada fue el resultado de 10 años de casados. Hace una década dabamos el sí y nos ibamos un día después a las Maldivas, donde en una estrellada, a orillas del mar Mitja me dijo: En 10 años volvemos (y yo respondí: «no, acá no, ya conocemos, vamos a las Seychelles»). Ingenuos al cuadrado, como no nos imaginamos que nos encontrariamos viviendo una pandemia, con aislamiento, sin posibilidades casi de cruzar fronteros. Eramos tan jóvenes y naiv que por supuesto, no se nos ocurrían esas cosas.

En los siguientes 8 años no nos fuimos ni al Tessin solos (cantón italiano en Suiza), así que siéndoles sincera, la idea de Maldivas o Seychelles no solo quedaba muy lejos sino que totalmente descartada. Primero teníamos que animarnos a subirnos a un avión solos (por separado lo logré después de seis años). Dejar a los nenes con sus abuelos 48 hs era más factible que 168 horas, incluídas varias de avión. Por lo tanto, Roma, la ciudad del amor, era el destino ideal para dar el primer paso y animarnos a la aventura. Roma, capital del Imperio (yo, fanatica de la historia, mi marido, del imperio). Roma, mi pendiente número uno hace tanto tiempo.

En febrero, nuevamente siendo ingenua como hace diez años, compramos los billetes para volar en Junio. El resto es historia, la pueden encontrar en cualquier periódico, radio, programa televisivo.
De modo que el tan planeado viaje por los diez años de casados sucedió dentro de los límites de Suiza. ¡Pero que bien la pasamos! Un hotel increíble, súper recomendable, en un bosque encantado, en la zona más bonita de Suiza, con gente encantadora que trabaja allí (no siempre es el caso en este país), restaurantes para todos los gustos, una decoración con muchisímo estilo, habitaciones de ensueño. Por si quieren echarle un vistazo (https://www.waldhaus-flims.ch/en/).

Por lo que el viaje fue todo un éxito, incluído el viaje en el Jaguar para «dos personas» prestado por mis suegros (descapotable, pero con la lluvia que cayó no hubo forma de probarlo) y la contractura que tuvimos de estar sentados tan bajos (evidentemente no estamos hechos para coches deportivos, mejor nos quedamos con nuestro SEAT)…Humor aparte, fue un fin de semana para el recuerdo.

Y ustedes, ya se animaron a un fin de semana solos? A un viaje largo?
Que genial que se animaron y resultó todo un éxito!
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Ya estoy esperando con ilusión el aniversario de 20 años 🙂
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